martes, 17 de marzo de 2009

Rugby en la Historia



El rugby moderno, al igual que el fútbol moderno, son una evolución directa del fútbol medieval británico, un juego de pelota violento y reiteradamente prohibido, de reglas sumamente variables, que se practicaba popularmente en la Islas Británicas durante el medioevo europeo, en el que se usaban tanto las manos como los pies, así como la fuerza para detener a los competidores.

La tradición atribuye la invención del rugby a un estudiante de teología del Colegio de Rugby. Según el relato tradicional, en 1823, durante un partido de football, William Webb Ellis, «con fina desobediencia de las reglas del fútbol», tomó la pelota con las manos y la llevó hasta la meta contraria, obteniendo un gol. La historicidad del hecho ha sido reiteradamente puesta en duda, pero es aceptada oficialmente por la Internacional Rugby Board como primer antecedente del rugby moderno, y el trofeo que se entrega a los ganadores de la Copa Mundial de Rugby lleva su nombre.


El rugby es un deporte en el que tradicionalmente se ha dado gran importancia a los valores morales. Desde temprana edad a los jugadores de rugby se les enseñan una serie de cualidades positivas, como son el compañerismo, el respeto, la disciplina, el sacrificio y el altruismo. A diferencia de otros deportes de equipo, en el rugby los jugadores no suelen discutir a los árbitros sus decisiones, ni tratan de engañarlos para sacar partido de sus decisiones. Los tantos son necesaria consecuencia del esfuerzo de todos, por lo que no se producen las celebraciones individuales tras la consecución de un ensayo o una transformación que se producen en otros deportes. Al final del partido los jugadores de ambos equipos confraternizan juntos en el llamado «tercer tiempo», en el que beben y comen juntos por invitación del equipo local.

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